sábado, 12 de abril de 2014

Morfeo, ¿dónde estás?

Me encuentro tirada en la cama, una pierna colgando acariciando la alfombra con la punta de los dedos. La música, aunque en un volumen bajo, inunda toda la habitación. 
Morfeo hoy no me encuentra. 
Las canciones pasan, luego la primera mitad de una aburrida película que ya he visto diez o doce veces. Después quizá pase a ver la mitad de otra, y quizá luego el final de otra. Porque en los días en los que te sientes así no aguantas ni media película. Aunque sea la mejor de ellas. 
Morfeo se ha perdido.
Sigo tirada aquí, no hay nada que hacer, 'Be still' y el sonido de las teclas de mi ordenador, es lo único que llego a oír. Ha cambiado de canción, 'Hall of fame'. No la aguanto y paso a la siguiente. No sé si será la falta de sueño, de imaginación o el aburrimiento pero hoy no me convence nada. 
Morfeo, ¿dónde estás?
Apago el ordenador e intento dormir. Nada. Pienso en cosas: mañana será mejor día que hoy, tengo que empezar con los trabajos de clase, es importante que comience a estudiar pronto... Y así durante más de una hora.
Adiós, Morfeo. ¡Me has abandonado!
Eso creía yo, hasta que.

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